Ayurveda

Como les decía en el post anterior, la alimentación es un tema clave para mí. 

Si bien nunca fui de hacer dieta (principalmente porque cuento con un muy buen metabolismo y una ayuda especial de la genética), soy muy ordenada y disciplinada a la hora de comer. He suprimido completamente el consumo de grasas saturadas (carnes rojas, lácteos) y frituras, que provocan la acumulación de toxinas en el hígado, órgano que elimina los gérmenes y las bacterias en sangre. Elijo consumir alimentos ricos en antioxidantes, vitamina C y minerales, como por ejemplo, el tomate, el kiwi, el limón, la papaya o la palta, que es un verdadero “limpiador“ del organismo. Y tomo mucho agua, natural, a temperatura ambiente, o bien caliente, como té verde o té de jengibre.

Como producto de mi acercamiento al yoga, comencé a practicar la ayurveda, que es una antigua práctica medicinal de la India. En sánscrito "Ayur" significa vida y "Veda" conocimiento, es decir "la ciencia de la vida". No se trata simplemente de una terapia medicinal, sino que es un verdadero sistema de vida para la prevención y la cura de enfermedades, la preservación de la salud y la promoción de la longevidad.

Al integrar el cuerpo, la mente y el espíritu, la Ayurveda ayuda a mantenernos sanos y a curarnos a través de remedios y terapias de origen natural. Para esto se tiene en cuenta la dieta, la alimentación y el estilo de vida, pues nuestra salud no puede ser separada de lo que comemos, lo que hacemos y lo que pensamos. Cada tratamiento debe desarrollarse a medida, según nuestras necesidades e inquietudes. Por eso, por mucho que se lea al respecto, siempre es necesaria la consulta con un médico ayurvédico. Y lo recomiendo. Actualmente las facultades de Medicina y Farmacia de la UBA dictan posgrados en medicina ayurvédica, así que se va haciendo más fácil encontrar buenos profesionales.

Según la Ayurveda, nuestro organismo está compuesto por tres principios fundamentales conocidos como principios metabólicos o Doshas: Vata, Pitta y Kapha. Estos tres elementos gobiernan todas las funciones psicológicas, fisiológicas y fisio-patológicas de nuestra mente y nuestro cuerpo. La proporción de estos principios metabólicos se determina al momento de la concepción y hace que tengamos un estilo particular de funcionamiento mental y físico. 


Yo hice mi consulta en el año 2001. Allí me hicieron miles de preguntas que sirvieron para determinar mi biotipo psicofísico: Vata con ascendencia Pitta. Pude contar cuáles eran los dolores que me aquejaban con frecuencia y las molestias que sentía, y con esa información delineamos conjuntamente un patrón de hábitos saludables y una dieta a seguir diariamente.

Desde entonces me siento mucho mejor, he logrado dejar de ser friolenta (¡vivía con los pies y las manos siempre frías!), pude superar los dolores de estómago por nervios y sobre todo, dejar atrás el cansancio. La ayurveda me hizo mucho más resistente. Creo que no me he engripado desde entonces.

Con los años, desde esa primera consulta, fui incluyendo pequeños cambios en mi dieta, según mis necesidades, como por ejemplo, el pollo que, si bien no es favorecido por la Ayurveda, tiene nutrientes que no se pueden obtener a través de otro alimento similar.

Así logré un plan alimentario ayurvédico à la Patricia, con algunas modificaciones que voy rotando para no aburrirme. Eso sí, siempre hago 5 comidas chicas por día.

En el proximo post prometo contárselas!!!!