Mis cinco "pequeñas" comidas diarias...

Como prometií, acá van mis cinco comidas diarias.

Apenas me levanto, a eso de las 8 de la mañana, tomo una cucharada de Chyawanaprash, que es un reforzador de las defensas y un remedio ayurvédico, y un vaso de agua caliente con un poco de jengibre rayado y el jugo de medio limón, como desintoxicante. Por ser Vata con ascendencia Pitta, tengo tendencia a ser friolenta, por eso es que necesito ingerir siempre calor. Alterno té de hinojo con té de jenjibre y también con té verde en todas mis comidas. Sumo a esto un conjunto de vitaminas: C, Omega 3, Zinc y de vez en cuando, vitaminas B12. En ese primer desayuno también como 10 almendras peladas, un kiwi por la vitamina C y un bowl de frutillas, arándanos y bayas tibetanas del Goji. Las Goji berries, ricas en poder antioxidante, se compran deshidratadas y al momento de consumirlas, hay que embeberlas en agua y luego colarlas para poder mezclarlas con las otras frutas. Según la Ayurveda, las frutas, al tener azúcares de fácil absorción, actúan como rápidos energizantes, pero hay que comerlas distanciadas del resto de los alimentos (panificados, carnes, etc.). La costumbre de consumir frutas de postre no es aconsejada por la Ayurveda.

Recién una hora más tarde, tomo otra taza de té y como dos rodajas tostadas de pan integral sin sal (que compro en tiendas dietéticas), con un poco de ghee (manteca clarificada, o sea, desgrasada) y dulce dietético de soja con gusto a vainilla. Hay que decirlo: la Argentina es uno de los pocos países, junto con Estados Unidos, en los que es posible conseguir gran variedad de productos ayurvédicos. Yo viajo con mi dulce a todos lados y por ahora no he tenido problemas en los aeropuertos.

En cuanto a la ghee, los ayurvédicos la usan para todo: para cocinar, para condimentar y hasta para hacer masajes. Los masajes ayurvédicos desintoxican el organismo, fortalecen el sistema inmunológico y actúan como rejuvenecedores celulares.

Como almuerzo, voy rotando entre una porción de pollo grillado sin sal y sin piel, salmón grillado o hervido, milanesas de soja o seitán (carne de trigo) y sashimi de salmón o pescado blanco. Acompaño esto con ensaladas de algas, o de palta (que me encanta), o de endivias crudas con castañas de cajú y aceite de oliva, o de tomates grillados y pelados, con aceite de sésamo. Los tomates preparados así, medio secos, son ricos en licopenos, que es un antioxidante maravilloso. También me encanta el puré de calabaza, así que lo elijo mucho como acompañamiento.

Los ayurvédicos no son muy amigos de los lácteos cerca de las comidas, así que, de postre, como una crema de soja con steevia, que es un edulcorante natural que endulza sin las calorías del azúcar. Lo consigo en las tiendas de productos dietéticos. Y cuando estoy en Europa, alterno con yogures de soja sin azúcar. Los ayurvédicos recomiendan comer compotas de manzana o ciruelas con semillas de cardamomo, pero yo, si puedo elegir, prefiero mi postrecito dietético.

Para la colación de la tarde, mi infaltable té de hinojo y una porción de alguna de estas dos tortas que hago cocinar en casa: bizcochuelo horneado con ghee, harina integral y steevia (en vez de azúcar) o tarta tipo pasta frola con mermeladas de soja o de batata. También suelo comer alguna galletita dietética dulce, porque a las cinco de la tarde, la glucosa en sangre baja, y comer algo dulce, ayuda a activarse rápidamente.

Una de las máximas ayurvédicas dice que hay que cenar temprano, en lo posible, antes de que baje el sol, para irnos a dormir ya habiendo digerido la comida. Yo ceno a eso de las ocho de la noche y mis comidas son simples, sin carnes pues requieren más tiempo de digestión... ademas, no olviden que soy vegetariana desde mi infancia!!

A la noche prefiero milanesas de soja, pastas integrales o una taza de arroz basmati y algunas verduras grilladas y, bastante seguido, ensalada de palta con semillas de zapallo grilladas. A veces, para variar un poco, de postre, como una gelatina dietética de pomelo, que es el sabor que más me gusta.

Obviamente, se preguntarán cómo hago para mantener mi plan si voy a tantos eventos y cenas. Muy fácil: ceno en casa antes de salir. Sé que puede resultar mal educado para algunos, pero me las arreglo bien así. De otro modo, me sería imposible seguir mi dieta a rajatabla. Conozco muy bien qué alimentos puedo comer y qué no, así que, llegado el caso, separo lo que me gusta del plato que me sirven y dejo de lado lo demás. Mis amigos ya me conocen, así que no me juzgan y hasta me reciben con platos que saben que me van a gustar.

Es muy importante ser disciplinada y aprender a seleccionar y conocer los productos que ingerimos, qué nos aportan y qué consecuencias tienen en nuestro organismo. Hay que saber leer las etiquetas y tratar de optar siempre por las comidas caseras y lo natural, aprovechando las frutas y verduras de estación. Siempre es mucho más fácil agarrar lo primero que encontramos en la heladera, o pedir comida a domicilio, sobre todo tras una larga jornada laboral. Pero si sos metódica y llenás tus alacenas con productos sanos, preparar comidas saludables lleva muy poco tiempo. Memorizate algunas recetas fáciles de hacer y que sean atractivas también para tu familia.